Criterios de sostenibilidad para elegir un teléfono (móvil o celular)
Recientemente hemos pasado por el difícil trance de perder el teléfono móvil (se fue forzadamente a vivir con otro/a por decirlo de una manera cortés) el caso es que una cuestión que nos planteábamos con miras a una futura renovación ha acabado necesitando de una respuesta inmediata, y como siempre, las cuestiones de sostenibilidad tienen para nosotros un peso importante a la hora de tomar una decisión de compra.
La obsolescencia programada es posiblemente uno de los aspectos determinantes a la hora de vincular tecnología y sostenibilidad, y aunque hoy por hoy no sea fácil conocer hasta qué punto ese aparato electrónico que adquirimos ya tiene una fecha de caducidad fijada y en plena cuenta atrás para dejar de funcionar, si que es cierto que debería ser un factor a tener en cuenta a la hora de decantarse por la amplia variedad que nos ofrece el mercado de casi cualquier aparato.
Nosotros somos de la opinión de que mejor no cambiarlo mientras sea posible, que no siempre lo es. Así nos encontramos con un aparato de localización GPS para trabajos de campo casi inservible porque sólo puede usarse con Windows XP y además requiere de un cable para conectarse a equipos que el proveedor nunca se ha molestado en servirnos. En el caso de uno de nuestros teléfonos móviles, ya contaba con su tercera batería, una pantalla sin roturas aunque la lente de la cámara fotográfica si que estaba muy rayada. La clave ahora es ¿qué criterios relacionados con la sostenibilidad seguir para elegir un nuevo teléfono móvil?
Desde nuestro punto de vista, caben tres opciones: pensar en el proceso de fabricación y adquirir un teléfono móvil que haya sido fabricado de acuerdo a unos criterios de sostenibilidad determinados, o bien producido a partir de materias reutilizadas o recicladas, o por último, adquirir un teléfono que facilite la reposición de piezas y por tanto supere la obsolescencia programada, siendo así «casi de por vida». Sería ideal contar con las tres características a la vez pero … por el momento no existe tal disponibilidad.
¿Existen teléfonos móviles hechos a partir de material reciclado?
Pues parece que no. Los hubo, sobre todo antes del boom de los smartphone pero ni entonces lograron un éxito significativo ni posteriormente se ha continuado en dicha línea y ni Nokia ni Samsung, que fueron las marcas que lo lanzaron, han creado nuevos modelos. Como remedio, si que hay un mercado de teléfonos móviles de segunda mano, que no es lo mismo. Y muchas probabilidades de que mas pronto que tarde aparezca, no en vano, si que funcionan muy bien diferentes iniciativas para la recogida de moviles usados y ya fuera de uso y su reciclaje. Y lo mas importante, el reciclado no sólo es viable técnicamente sino económicamente y puede abarcar la casi totalidad de los componentes por lo que si ya es viable, lo siguiente será comenzar a cerrar el círculo e incorporar estos materiales reciclados a la fabricación de nuevos aparatos.
¿Y si la sostenibilidad la entendemos como ética?
Puede que busquemos otro enfoque a la sostenibilidad aplicada al proceso de fabricación de un teléfono móvil, la derivada del origen de los materiales empleados. Existe una creciente consciencia por la producción de metales preciosos, como el oro, platino o coltán, y las condiciones de semi-exclavitud en las que se extraen, unidas a las consecuencias ambientales y sociales en las zonas de extracción. No es extraño que aparezcan indicadores como la Huella de Esclavitud (Slavery Footprint) que se pregunta algo tan impactante como ¿cuántos esclavos trabajan para ti? o que iniciativas como FairPhone tengan éxito y consigan poner en el mercado alternativas que trasladan el concepto de comercio justo a los aparatos electrónicos, pero mucho más allá, que logran generar una nueva cultura más ética y sostenible, en el consumo de tecnología.
¿Será la solución un teléfono ampliable o reparable «por piezas»?
Pues posiblemente. Una de las principales cuestiones que se planteaba a la primera edición de Fairphone era precisamente en torno a esta idea, vale, se trata de un aparato que ha mejorado los procesos de producción de las materias primas que emplea, pero … ¿ha incorporado en sus procesos de fabricación la misma filosofía? Y yendo un paso más allá, ¿se ha diseñado pensando en mitigar la obsolescencia programada? Y es que por fortuna la Economía Circular, crece y está cada vez mas presente al hablar de sostenibilidad (y ahí están los datos mostrados la pasada semana por la Fundación Biodiversidad, que acogió una jornada donde mostró algunos de los ejemplos mas destacados en España, con colegas como Ecologing o Biomival) y ya cabe pensar en un móvil como en algo parecido a una bicicleta, donde a partir de un armazón básico es fácil poder ir cambiando piezas a medida que se rompen o quieres cambiar las características de la bici.
Así que proyectos como ARA que plantean un teléfono móvil modular,al que ir añadiendo o reemplazando piezas a medida que sea necesario, es sin duda una más que interesante alternativa que algo va a revolucionar este mercado. No tanto porque sea una alternativa definitiva, sino porque supone una primera aplicación de la filosofía de la Economía Circular a este sector, lo que cual ya en sí es un logro, pero además por las posibilidades que abre, y es que siguiendo con el ejemplo de la bicicleta, pensemos en las posibilidades que llegará a tener dentro del mercado de los teléfonos móviles iniciativas como la de los holandeses de BeCiclos y Adopta una bici un paso mas en la economía colaborativa, pero sobre todo una manera ética y justa de hacer algo, la venta de teléfonos móviles obsoletos en determinados países pero útiles en otros, con un fin ético, y no el de meramente quitarse un problema de residuos electrónicos a la vez que se consigue algo de dinero.
El reto para este proyecto ARA … que los componentes que se utilizan y venden sean producidos siguiendo unos requerimientos ambientales y sociales que abarquen hasta el proceso de extracción de metales o bien incorporen un elevado porcentaje de materiales reutilizados o reciclados, y que además incorpore medidas para facilitar el reciclado y tratamiento posterior de los componentes reemplazados. Pero por el momento poco se sabe al respecto.
Ahora llega lo bueno … ¿por qué opción decantarse una vez que no encontramos alguna que combine todo lo bueno de las tres? Difícil quedarse con una frente a otra, aunque es positivo que los impulsores de cada una de ellas sean conscientes de la posibilidad de incorporar nuevos aspectos en torno a la sostenibilidad, como está haciendo Fairphone para sus próximas ediciones. Lo que si está claro es que parece que poco vamos a encontrar al respecto en el Mobile World Congress que arranca hoy en Barcelona a tenor de lo que leemos que van a ser las principales tendencias de este 2015. Si vais por allá y encontráis novedades en torno a la sostenibilidad, no dudéis en contarlas en los comentarios, estaremos encantados de editar el post para añadirlas.
@tehagoeco
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